Referirse a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, expresar fascinación por sus alcances y potencialidades, y hacer uso de ellas en múltiples momentos y espacios de nuestra actividad cotidiana se ha convertido, prácticamente sin que nos percatemos, en una constante. Sobre todo durante los últimos años, pareciera que su influencia se deja sentir a cada paso en forma casi mágica.
Los estudios son especialmente relevantes en un período de transición, cuando se producen profundos cambios económicos y tecnológicos en el ámbito mundial, con consecuencia social, política y laboral de largo alcance. Las nuevas tecnologías están alterando y pueden alterar aún más las relaciones entre gobiernos y ciudadanos como entre empleadores y empleados. La tercera revolución tecnológica significa un cambio de paradigma.
La información es el rasgo esencial y materia prima básica. Su importancia reside en su capacidad para colocar en red conocimientos e innovaciones tecnológicas, facilitar su interconexión y reforzamiento mutuo, y transformarlos en procesos de información que multiplican el impacto específico de cada tecnología.
En un siglo hemos pasado del aparato radiofónico que nos permitió escuchar voces de entornos alejados, a la cinematografía en blanco y negro, al color, a los efectos especiales y a los personajes creados por computadoras; de las cuasi primeras imágenes de la TV que mostraron el alunizaje del hombre a la instantaneidad de las noticias e imágenes de los acontecimientos mundiales. Las diferencias de percepción, recepción y procesamiento de la información repercuten entre diversos grupos de personas de distintas edades. La dinámica entre las personas y las instituciones o la interacción entre los seres humanos y sus obras ha dado consecuencias de diferentes magnitudes.
A diferencia de la comunicación convencional como la que ofrecen la televisión y la radio tradicional los nuevos instrumentos permiten que sus usuarios sean no sólo consumidores sino también productores de sus propios mensajes.
Hoy el caudal de la información se materializa mediante la Internet, o de la Red de Redes. La Sociedad de la Información ofrece abundancia de contenidos justamente por la propagación de la Internet, posibilidades de comunicación y de intercambio entre personas de todo el mundo. La época es de la gran velocidad y de la intensidad de los cambios- donde la información y la comunicación se han constituido en los bienes más preciados. Esta nueva realidad puede definir como "sociedad de la información o era de la comunicación. A la vez que esa sociedad es portadora de nuevos riesgos y oportunidades para el desarrollo humano.
La gran cantidad de transformaciones recientes, -en la última década- permitió por medio de varios procesos simultáneos e independientes una reducción de los costos para la trasmisión y del equipo computacional, o la sustitución de tecnologías analógicas por las digitales que dieron lugar al desarrollo e innovación de la industria de las comunicaciones, de la información, de la radio, de la teledifusión en un todo integrado: información, comunicación y entretenimiento por el que se combina el procesamiento de imágenes, sonido, textos y datos en transmisiones simultáneas a cualquier punto del planeta. Al alcance global de este proceso que incide sobre la organización económica e industrial, sobre la vida cultural, del consumo y de diferentes servicios, entre ellos la salud y la educación se lo denomina extensión de la sociedad del conocimiento. El conocimiento es un valor o un factor clave en las relaciones socioeconómicas que se establecen entre sociedades, organizaciones y países.
Con respecto a los aspectos económicos de estas transformaciones se introdujo el concepto de nueva economía para señalar que las empresas conjuntamente con el nuevo sistema electrónico funcionarán a corto plazo con la Internet y no solo eso sino que la organización interna de las empresas, las relaciones con otras empresas genera –nueva organización y nueva sociedad-. La nueva sociedad es una sociedad de individuos en la que se están disolviendo las instituciones sociales tradicionales, en las que se generan diferentes formas de relaciones sociales; una sociedad que en el siglo XXI deberá sostenerse mediante redes en las que funcionen valores de ética, de solidaridad y de humanismo y que recupere la solidaridad entre las personas y menos de las instituciones y/o de los micro poderes derivadas de ellas.
La tecnología derrama sobre la sociedad sus efectos ramifica dotes sobre las prácticas sociales de la humanidad, así como sobre las nuevas cualidades del conocimiento humano. Los beneficios que trae consigo la tecnología moderna son muy numerosos y ampliamente conocidos. Una mayor productividad proporciona a la sociedad unos excedentes que permiten disponer de más tiempo libre, dispensar la educación y, de hecho, proseguir la propialabor científica. Todos nosotros necesitamos alimentos, vivienda, ropa, etc. Cuando quedan satisfechas esas necesidades básicas y la tecnología empieza a proporcionar beneficios cada vez más triviales, es cuando surgen esencialmente los problemas. Si consideramos la situación actual de los países desarrollados, vemos que la gente o parece más feliz que en el pasado, y a menudo tampoco tiene mejor salud. Los desechos ambientales que produce la tecnología han creado nuevas formas de enfermedades y fomentado otras. El propio trabajo es hoy más monótono y decepcionante. El ser humano necesita realizar algo que estimule su cerebro, su capacidad manual y también necesita variedad. La industria de base tecnológica ha dislocado la familia. Por ejemplo, el hecho de tener que dedicar mucho tiempo al transporte separa a menudo a un padre de sus hijos. La sociedad tecnológica tiende también a separar a la madre del niño pequeño. La facilidad de las comunicaciones incita a los hijos a irse muy lejos, y la familia ampliada a dispersarse más. Además de todo esto, a consecuencia de todo esto, se debilita la transmisión cultural de las técnicas (por ejemplo, la cocina, la educación de los niños, etc.) y los pedagogos tienen que intentar colmar esta laguna. Normalmente, las sociedades están integradas por grupos coherentes en las cuales se reconoce la identidad personal y se ejercen presiones para coartarlos actos antisociales.
Esta mejora en la gestión de conocimiento ha creado una nueva cultura corporativa. La cultura es quizás el obstáculo más difícil de salvar para los gestores del conocimiento. Expertos demuestran que la gestión del conocimiento funciona bien en las empresas donde los empleados son curiosos y confiados. Si bien, he dicho antes que el apoyo de la alta dirección es fundamental en la implantación de las nuevas tecnologías, en la formación del personal, en inculcar una nueva cultura de participación, no hay que olvidar la actitud de los empleados, ya que, en las compañías donde los trabajadores temer ser despedidos, la gente se niega a compartir la información. Por tanto, la tarea es doble.